Este es para la artista un viaje sin vuelta atrás de investigación creativa a través de las memorias vivas hacia un lugar de experiencia vital más genuino que está en continuo nacimiento.

Su obra habla de una biografía trasversal, de una experiencia que nos atraviesa a todos y que al mismo tiempo es muy particular. La naturaleza, las visiones, el fuego del espíritu y los aparentes opuestos son una constante en su obra.

Ella nos dice que «no es el resultado, es el proceso creativo en el que creo fervientemente. Es el caminar con el nacimiento de la propia obra lo que le hace estar despierta y dar sentido a esta existencia. La técnica y el soporte es realmente elegido por la obra».

Y es que realmente experimenta una entrega a lo intangible y se hace canal para dar nacimiento en esta realidad a aquello que siente necesita ser contado.

Se puede percibir una vitalidad en su trabajo, tienen alma, están despiertas, y por lo tanto pueden encender procesos internos a los que realmente se entregan con ingenuidad al dialogo con la obra. Como dirían los místicos “ser tocado” por algo que va más allá de nuestro entendimiento social-político, y que pueden llegar a conmover como a ella le conmueve mientras está en el
acto creativo.

Águeda utiliza también las artes como medio para profundizar en una pregunta. “Le puedes preguntar a tu vecino, como también le puedes preguntar al lienzo, a tu danza o a un árbol, la respuesta puede surgir como otra pregunta”. Ser canal de lo que hay que decir o de lo que quiere nacer, explorando en grupo o individualmente más allá de las expectativas del ego. Su proceso creativo es muy intuitivo, del desarrollo de la atención y de una mirada que abarca tanto los infiernos como los cielos de la interioridad. Un trabajo de integración para estar en paz con sus necesidades y cultivar la Belleza. Creo «para deshacer los nudos vitales que sirven de fundamento a la sombra colectiva».

(p.1 Psiconautica, La Gestacion. J.M.)

Este es El Arte de hacer visible lo invisible.